RT.5.3 Proyecciones a escala regional
En cada una de las regiones continentales, el calentamiento proyectado de 2000 a 2050 resultante de escenarios de emisiones IE-EE es mayor que le promedio mundial y mayor que el calentamiento observado durante el último siglo. El calentamiento proyectado para lo próximos decenios del siglos XXI, si se saca la media de modo individual entre todos los continentes, excederá en gran medida la variabilidad natural forzada y no forzada del siglo XX en todos los casos, excepto en la Antártida (Gráfico RT.29). Las proyecciones de modelos mejor calculadas indican que el calentamiento medio por decenios en cada continente, salvo en la Antártida para 2030 es muy probable que sea por lo menos el doble de la variabilidad natural calculada en modelos correspondientes durante el siglo XX. El calentamiento simulado durante este periodo no es muy sensible a la opción de escenarios de IE-EE como se ilustra en el Gráfico RT.32. en escalas de tiempo más amplias, la selección del escenario es muy importante tal como se muestra en el Gráfico RT.28. El calentamiento proyectado en los escenarios IE-EE de 2000 a 2050 también excede cálculos de variabilidad natural cuando se saca la media en la mayoría de las regiones subcontinentales. {11.1}
En el HN domina una pauta firme de aumento de precipitaciones en la zona subsolar y de disminución en la zona subtropical frente a la pauta proyectada de precipitaciones para el siglo XXI en América del Norte y en Europa, mientras que la sequía subtropical es menos de esta zona de transición en verano y al aumento de la evidente en Asia (véase Gráfico RT.30). Casi todos las proyecciones de modelos aumentaron las precipitaciones en la mayor parte de América del Norte Septentrional y disminuyeron las precipitaciones en América Central. La mayor parte de EE.UU. continental y México Septentrional se encuentra en una zona de transición más incierta que se desplaza norte y sur siguiendo las estaciones. Se prevé que disminuyan las precipitaciones en Europa Meridional y en el África Mediterránea con una transición hacia un aumento de las precipitaciones en Europa Septentrional. En ambos continentes, la sequía de verano es extensa debido al movimiento hacia el Polo de esta zona de transición en verano y al aumento de la evaporación. Se prevé un aumento de las precipitaciones en las zonas subsolares en la mayor parte de Asia septentrional, pero la sequía subtropical que se extiende desde el Mediterráneo se ve desplazada por las claras señales de los monzones a medida que nos desplazamos hacia el este de Asia central. {11.2–11.5}
En el HS hay pocas zonas terrestres en la zona de humedad subsolar proyectada durante el siglo XXI destacando la sequía subtropical (véase Gráfico RT.30). La Isla Sur de Nueva Zelanda y la Tierra del Fuego se ubican dentro de la zona subsolar de aumento en las precipitaciones, mientras que la parte más meridional de África, los Andes meridionales en América del Sur y Australia meridional experimentan la tendencia a la sequía propia de la zona subtropical. {11.2, 11.6, 11.7}
Las proyecciones de precipitaciones en las regiones tropicales son más inciertas que las de latitudes altas, pero, a pesar de las deficiencias al convenir en un modelo tropical y de interacciones atmósfera-océano y a pesar de la incertidumbre agregada asociada con los ciclones tropicales, se llega a cifras importantes con modelos. Las lluvias aumentan en la estación de monzón del verano en el sudeste y sur de Asia en la mayoría de los modelos, al igual que sucede en el este de África. La señal de la respuesta de las precipitaciones se considera menos cierta en las regiones del Amazonas y el Sahel africano. Estas regiones presentan una incertidumbre agregada debido a vínculos potenciales vegetación-clima y existe menos solidez en los modelos aún cuando no se incluyan los retroefectos de la vegetación. {8.3, 11.2, 11.4, 11.6}
Recuadro RT.10. Reducción de escala regional
La simulación de climas regionales ha mejorado en los MCGAO y, por tanto, en los modelos regionales climáticos y en las técnicas empíricas de redimensionamiento. Las metodologías dinámicas y empíricas de reducción de escala muestran mejoras en la capacidad de simular las características locales de los climas actuales, cuando se usa como fuente de información el estado observado de la atmósfera a escalas resueltas por los MCGAO actuales. La disponibilidad de redimensionamiento y otros estudios regionales sigue siendo desigual desde el punto de vista geográfico, causando irregularidades en las evaluaciones que puedan proporcionarse, particularmente, en los fenómenos meteorológicos extremos. Los estudios de reducción de escala demuestran que ese cambio en las precipitaciones locales puede variar significativamente de aquéllos previstos en el patrón de respuesta hidrológica de gran escala, particularmente en las zonas de topografía compleja. {11.10}
Persisten fuentes importantes de incertidumbre que limitan la capacidad de proyectar el cambio climático regional. Mientras que las respuestas hidrológicas son relativamente sólidas en ciertas regiones importantes subpolares y subtropicales, existen incertidumbres en la ubicación precisa de estos límites de incremento y disminución de las precipitaciones. Existen algunos procesos climáticos importantes que tienen un efecto significativo en el clima regional, pero para los que la respuesta de cambio climático todavía no se conoce con exactitud. Éstos incluyen los ENSO, NAO, el bloqueo atmosférico, la circulación termohalina y los cambios en la distribución de los ciclones tropicales. Para esas regiones que tienen fuertes controles topográficos en sus modelos climáticos, la información del cambio climático es a menudo insuficiente para la resolución espacial de la topografía. En algunas regiones ha habido sólo investigación muy limitada sobre los fenómenos meteorológicos extremos. Además, las señales del cambio de clima proyectado pueden compararse a una variabilidad interna mayor en escalas espaciales y temporales más pequeñas. (Recuadro 11.1, 11.2–11.9}