Sí. Hay pruebas contundentes de que el nivel del mar mundial se elevó gradualmente en el siglo XX y que continúa elevándose a un paso intensificado, después de un período de poco cambio entre el año 0 dC y 1900 dC. Se ha pronosticado una elevación a un ritmo incluso mayor en este siglo. Las dos causas fundamentales de la elevación del nivel del mar son la expansión térmica de los océanos (el agua se expande en la medida en que se calienta) y la pérdida de hielo terrestre debido al derretimiento incrementado.
El nivel del mar se elevó en unos 120 m durante los milenios que siguieron al final del último período glaciar (hará unos 21,000) y se estabilizó hará unos 2,000 ó 3,000 años. Los indicadores marinos indican que el nivel del mar no varió significativamente desde aquel momento hasta finales del siglo XIX. Los registros instrumentales respecto de las variaciones del nivel del mar muestran que éstas comenzaron durante el siglo XIX. Las estimaciones del siglo XX muestran que el nivel medio mundial del mar se elevó a una tasa de unos 1.7 mm yr–1.
Observaciones vía satélite, disponibles desde principios del decenio de 1990, brindan datos más precisos sobre el nivel del mar con una cobertura casi mundial. Estos datos altimétricos vía satélite, de hace un decenio, señalan que el nivel del mar se ha elevado a un ritmo de unos 3 mm yr–1, significativamente superior al promedio observado durante la primera mitad del siglo. Mediciones de la marea en las costas confirman esta observación e indican que en algunos decenios anteriores tuvieron lugar tasas similares.
De conformidad con los modelos climáticos, los datos satelitales y las observaciones hidrográficas muestran que el nivel del mar no sube uniformemente en todo el mundo. En algunas regiones, las tasas son varias veces superiores al promedio mundial, mientras que en otras regiones el nivel del mar baja. A partir de observaciones hidrográficas, pueden inferirse además variaciones espaciales substanciales en cuanto a las tasas de variación del nivel del mar. Esta variabilidad espacial en las tasas de elevación del nivel del mar se debe sobre todo a cambios no uniformes en la temperatura y la salinidad y guarda relación con los cambios en la circulación oceánica.
Los conjuntos de datos de la temperatura oceánica registrados casi a nivel mundial en años recientes permiten un cálculo directo de la expansión térmica. Se considera que, como promedio de 1963 a 2003, la expansión térmica provocó alrededor de un cuarto de la elevación observada del nivel del mar, mientras que el derretimiento del hielo terrestre contribuyó menos de la mitad. Por tanto, la magnitud total de la elevación del nivel del mar observada durante ese período no se explica satisfactoriamente con esos conjuntos de datos, según explica el Tercer Informe de Evaluación del IPCC.
Durante años recientes (1993–2003), con sistemas de observación mucho mejores, se ha visto que la expansión térmica y el derretimiento del hielo terrestre representan cada uno alrededor de la mitad de la elevación observada del nivel del mar, aunque hay cierta incertidumbre en cuanto las estimaciones.
La coincidencia razonable en los últimos años entre la elevación observada del nivel del mar y la suma de la expansión térmica y de la pérdida de hielo terrestre, indica que existe un límite superior para la magnitud del cambio en cuanto al almacenamiento de agua en la tierra, del que se conoce relativamente poco. Los resultados de los modelos hacen suponer que no hay una tendencia neta en el almacenamiento de agua sobre la tierra debido a cambios climáticos pero sí hay grandes fluctuaciones interanuales y decenales. Sin embargo, en el período reciente de 1993 a 2003, la pequeña diferencia entre la elevación observada del nivel del mar y la suma de contribuciones conocidas pudiera deberse a procesos antropógenos no cuantificados (por ejemplo, la extracción del agua subterránea, el confinamiento de reservorios, drenaje de humedales y la deforestación).
Se pronostica que el nivel del mar mundial se elevará en el siglo XXI a una velocidad mayor que durante el período 1961-2003. En el Informe Especial sobre Escenarios de Emisiones del IPCC (IE-EE), en el escenario A1B para mediados del decenio de 2090, por ejemplo, el nivel del mar alcanzará de 0,22 a 0,44 m por encima de los niveles de 1990, con elevaciones anuales de unos 4 mm yr–1. Como en el pasado, los cambios futuros en el nivel del mar no serán geográficamente uniformes, con cambios regionales del nivel del mar con variaciones en el rango de unos ±0,15 m dentro de la media, teniendo en cuenta una proyección típica de modelos. Se pronostica que la expansión térmica producirá más de la mitad de la elevación promedio, pero el hielo terrestre perderá masa con cada vez más rapidez, en la medida que el siglo avance. Un nivel importante de incertidumbre se basa en el hecho de si la descarga de hielo de los mantos de hielo continuará su incremento como resultado de las corrientes de hielo aceleradas, como se ha venido observando recientemente. Ello se añadiría a la elevación del nivel del mar, pero no se puede hacer con confianza una proyección cuantitativa de cuánto añadiría, debido a una comprensión limitada de los procesos pertinentes.
La Figura 1 muestra la evolución del nivel del mar medio mundial en el pasado y cómo se proyecta para el siglo XXI de acuerdo con la propuesta del escenario A1B del IE-EE.