Beneficios conjuntos de la mitigación
Muchos estudios recientes demuestran beneficios considerables de las estrategias de mitigación de carbono sobre la salud humana, principalmente porque también reducen otras emisiones aerotransportadas, por ejemplo, SO2, NOx y materias de partículas. Se prevé que esto tenga resultados en la prevención de decenas de miles de muertes prematuras en países de Asia y América Latina anualmente y varios miles en Europa. Sin embargo, la amonedación de los riesgos de mortalidad es aún controversial y por tanto, se puede encontrar en la literatura una amplia gama de estimados de beneficios. Sin embargo, todos los estudios concuerdan en que los beneficios amonedados para la salud humana pueden compensar una fracción considerable de los costes de mitigación (acuerdo alto, pruebas abundantes) [11.8].
Además, se estimaron los beneficios de las emisiones evitadas de contaminantes del aire en la producción agrícola y el impacto de la lluvia ácida en los ecosistemas naturales. Tales beneficios a corto plazo proporcionan las bases para una política de no arrepentimiento en la reducción de GEI, en donde las ventajas aumentan aún si el impacto del cambio climático inducido por los seres humanos resulta menor que los previsto en las proyecciones actuales. La inclusión de beneficios conjuntos diferentes a los de la salud humana y la producción agrícola (por ejemplo, aumento de la seguridad energética y empleos) aumentaría el ahorro de costes (acuerdo alto, pruebas limitadas) [11.8].
La nueva literatura indica que tratar el cambio climático y la contaminación del aire simultáneamente mediante un conjunto sencillo de mediadas y políticas ofrece reducciones potencialmente altas en los costes del control de la contaminación del aire. Se necesita un enfoque integrado para tratar estos contaminantes y procesos por los cuales existen las compensaciones recíprocas. Este es, por ejemplo, el caso del control de NOx en vehículos y plantas de ácido nítrico, que aumentarían las emisiones de N2O o el aumento del uso de vehículos de diesel con eficiencia energética los cuales emiten materia de partículas relativamente más finas que sus equivalentes de gasolina (acuerdo alto, pruebas abundantes) [11.8].