Mitigación y adaptación a la luz de los impactos del cambio climático y toma de decisiones bajo incertidumbres
La preocupación sobre las vulnerabilidades claves y nociones de lo que es el cambio climático peligroso afectarán a las decisiones sobre los objetivos de cambio climático a largo plazo y, por tanto, sobre las vías de mitigación. Las vulnerabilidades claves atraviesan diferentes sistemas naturales y humanos y existen en diferentes niveles de cambio de temperatura. Los escenarios de estabilización más rígidos logran objetivos climáticos más rígidos y disminuyen el riesgo de activar las vulnerabilidades claves relativas al cambio climático. Si se utiliza la «mejor estimación» de la sensibilidad climática, los escenarios más rígidos (estabilización a 445–490 ppm CO2-eq) pueden limitar el aumento de la temperatura media mundial en 2–2,4°C por encima de los valores preindustriales, en equilibrio, y con la necesidad de que las emisiones alcancen el máximo dentro de 15 años y se sitúen aproximadamente al 50% de los niveles actuales para el año 2050. Los escenarios que se estabilizan a 535–590 ppm CO2-eq pueden limitar el aumento en 2,8–3,2°C por encima de los valores preindustriales y aquellos a 590–710 ppm CO2-eq en 3,2–4°C, con la necesidad de que las emisiones alcancen el máximo en los próximos 25 y 55 años, respectivamente (véase el Gráfico RT.11) [3.3, 3.5].
El riesgo de mayor sensibilidad climática aumenta la probabilidad de superar cualquier umbral de vulnerabilidades claves específicas. Los escenarios de emisiones que conducen a rebasar temporalmente los límites de concentraciones pueden conducir a tasas más altas de cambio climático durante el siglo y aumentar la probabilidad de superar los umbrales de vulnerabilidades claves. Los resultados de estudios que evalúan el efecto del ciclo de carbono y la retroefectos climáticos indican que se subestiman los niveles de concentraciones antes mencionados y el calentamiento asociado de un escenario de emisiones específico. A medida que aumenta la sensibilidad climática, aumenta la necesidad de medidas de mitigación más rígidas y tempranas para alcanzar el mismo nivel de concentración.
La toma de decisiones sobre el nivel de mitigación adecuado es un proceso iterativo de gestión de riesgos que considera la inversión en la mitigación y adaptación, los beneficios conjuntos al decidir sobre el cambio climático y los daños debidos al cambio climático. Se entrelaza con decisiones sobre sostenibilidad, equidad y vías de desarrollo. El análisis de rentabilidad, como una de las herramientas disponibles, trata de cuantificar el daño del cambio climático en términos monetarios [como el coste social del carbono (CSC) o daños descontados en el tiempo]. Aún resulta difícil estimar el CSC con confianza debido a las grandes incertidumbres y dificultades para calcular el daño que no pertenece al sector del mercado. Los resultados dependen de un gran número de suposiciones normativas y empíricas que no se conocen con certeza. Los resultados analíticos primarios y limitados de análisis integrados de los costes y beneficios de la mitigación indican que estos se pueden comparar en magnitud, pero no permiten todavía una determinación inequívoca de una vía de emisión o nivel de estabilización donde los beneficios superen a los costes. La evaluación integrada de los costes y beneficios económicos de diferentes vías de mitigación muestra que los plazos y el nivel económicamente óptimos de la mitigación dependen del carácter y forma inciertos de la curva de costes de los daños del cambio climático asumidos. Para ilustrar esta dependencia:
- si la curva de costes del daño del cambio climático crece lenta y regularmente, y existe un buen pronóstico (que aumenta el potencial de adaptación a tiempo), se justifica económicamente una mitigación tardía y menos rígida;
- alternativamente, si la curva de costes del daño crece con mucha pendiente o presenta zonas no lineales (por ejemplo, umbrales de vulnerabilidad o incluso probabilidades pequeñas de episodios catastróficos), se justifica económicamente una mitigación temprana y más rígida (acuerdo alto, pruebas abundantes) [3.6.1].