Interacciones de las opciones de mitigación con la vulnerabilidad y adaptación
Muchos sistemas energéticos son en sí mismos vulnerables al cambio climático. Los sistemas de extracción de combustibles fósiles que se encuentran en el mar y los de petróleo y gas de las costas son vulnerables a los episodios meteorológicos extremos. El enfriamiento de las plantas generadoras tradicionales y nucleares se puede convertir en un problema si se calientan las aguas de los ríos. Las fuentes de energía renovable también se pueden ver perjudicadas por el cambio climático (como los cambios en la nubosidad influyen en los sistemas solares; los cambios en la descarga de los ríos, glaciares y derretimiento de la nieve influyen en la generación hidroeléctrica; el cambio en la velocidad del viento influye en la generación eólica; y las sequías y aumento de las temperaturas influyen en la cosecha de los cultivos energéticos). Algunas medidas de adaptación al cambio climático, como el aire acondicionado y las bombas de agua utilizan la energía y pueden contribuir a emisiones de CO2 aún más altas y, por tanto, necesitan más mitigación (acuerdo alto, pruebas limitadas) [4.5.5].
Eficacia de las políticas climáticas y experiencia con las mismas, potenciales, barreras, oportunidades y problemas de implementación
Es evidente la necesidad de una acción inmediata a corto plazo que tenga un efecto considerable a largo plazo, al igual que la necesidad de aplicar el espectro completo de instrumentos políticos, ya que ningún instrumento por separado permitirá una transición a gran escala de los sistemas de suministro energético a escala mundial. Las tecnologías de conversión energética a gran escala tienen una vida de varios decenios y, por tanto, una producción de sólo 1–3% por año. Esto significa que las decisiones de políticas tomadas en la actualidad afectarán a la tasa de uso de tecnologías que emiten carbono durante varios decenios. Esto tendrá serias consecuencias en las vías de desarrollo, específicamente en un mundo que se desarrolla con rapidez. [4.1].
Se emplean instrumentos económicos y reguladores. Los enfoques para estimular la aceptación de los sistemas de suministro energético con bajo contenido de carbono incluyen la reducción de las subvenciones a los combustibles fósiles y la estimulación de los precursores de tecnologías específicas mediante la participación activa de los gobiernos en la creación de mercados [como en Dinamarca para la energía eólica y en Japón para la energía solar fotovoltaica (FV)]. La reducción de las subvenciones a los combustibles fósiles ha sido difícil, ya que los intereses creados se oponen a ello. En términos de apoyo a los proyectos de energía renovable, las tarifas reguladas han sido más eficaces que los sistemas comerciales con certificados verdes basados en cuotas. Sin embargo, al aumentar las porciones correspondientes a la energía renovable en la mezcla de energía, el ajuste de tales tarifas se convierte en un problema. Se prevé que los sistemas de permisos de comercio y el uso de los mecanismos flexibles del protocolo de Kyoto contribuyan considerablemente a la reducción de las emisiones (acuerdo mediano, pruebas medianas) [4.5].