RT.3.3.2 Cambios en la biogeoquímica y salinidad oceánicas
La incorporación del carbono antropogénico a partir de 1750 provocó una mayor acidez oceánica, con un promedio de disminución superficial de pH de 0,1 unidades. La incorporación oceánica de CO2 cambia su equilibrio químico. El CO2 disuelto forma un ácido débil. De esta manera, al aumentar el CO2 disuelto, disminuye el pH (es decir, el océano se vuelve más ácido). El cambio total del pH se calcula mediante estimaciones de la incorporación del carbono antropogénico y modelos oceánicos sencillos. Las observaciones directas de pH en estaciones disponibles llevadas a cabo durante los últimos 20 años muestran tendencias de disminución a una tasa de aproximadamente 0,02 unidades de pH por decenio. La reducción del pH oceánico disminuye la profundidad bajo la cual se disuelve el carbonato de calcio y aumenta el volumen del océano sobresaturado de minerales del grupo de la aragonita (una forma meta estable del carbonato de calcio) y la calcita. Los organismos marinos utilizan estos minerales para construir sus caparazones. La disminución del pH de la superficie oceánica y el aumento de las temperaturas superficiales también contribuyen a la disminución de la capacidad amortiguadora del océano para el CO2 y la tasa de incorporaciónoceánica del exceso atmosférico de CO2. {5.4, 7.3}
La concentración de oxígeno en el termoclima ventilado (aproximadamente 100 hasta 1.000 m) disminuyó en la mayoría de las cuencas oceánicas entre 1970 y 1995. Estos cambios producen una tasa de ventilación reducida vinculada a niveles superiores de calentamiento y/o a cambios en la actividad biológica. {5.4}
En la actualidad existen pruebas difundidas sobre los cambios en la salinidad oceánica a escalas giroscópicas y de cuenca en la mitad del siglo pasado (véase Gráfico RT.17). Las aguas cercanas a la superficie en las regiones de mayor evaporación aumentan la salinidad en la mayoría de las cuencas oceánicas. Estos cambios en la salinidad implican cambios en el ciclo hidrológico de los océanos. En las regiones de latitudes altas de los dos hemisferios, las aguas superficiales muestran un refrescamiento general consecuente con el aumento de las precipitaciones en esas regiones, aunque contribuyen también el aumento de la escorrentía, la fusión del hielo, la advección y los cambios en la circulación de renuevo meridional. Las latitudes subtropicales de los dos hemisferios se caracterizan por el aumento de la salinidad en los 500 m superiores. Las pautas se corresponden con un cambio del ciclo hidrológico terrestre, en particular con cambios en las precipitaciones y supuestamente en el mayor desplazamiento de agua en la atmósfera de latitudes bajas a altas y del Atlántico al Pacífico. {5.2}