RT.5.4 Perspectivas del cambio climático y sostenibilidad
La vulnerabilidad futura depende no sólo del cambio climático sino también de las vías de desarrollo.
Un avance importante desde el Tercer Informe de Evaluación ha sido la terminación de los estudios de impacto para diferentes vías de desarrollo, tomando en consideración no sólo el cambio climático previsto, sino también los cambios económicos y sociales previstos. La mayor parte de este estudio se ha basado en caracterizaciones de las poblaciones y de los niveles de ingresos, extraídos de los escenarios del IE-EE [2.4].
Estos estudios muestran que los impactos previstos del cambio climático pueden variar en gran medida debido a la vía de desarrollo asumida. Por ejemplo, puede haber grandes diferencias regionales en cuanto a la población, el ingreso y el desarrollo tecnológico, según escenarios alternativos, que frecuentemente son un determinante fuerte del nivel de vulnerabilidad al cambio climático [2.4].
A manera de ilustración, la Figura RT.18 muestra las estimaciones de un estudio reciente sobre la cantidad de personas que se prevé estén expuestas a riesgos de inundación costera cada año, según los diferentes escenarios de desarrollo socioeconómico. Ello indica que la cantidad prevista de personas afectadas es considerablemente mayor -según el escenario de desarrollo del tipo A2 (caracterizado por un ingreso per cápita relativamente bajo y un gran crecimiento de la población)- que en los demás escenarios futuros del IE-EE [T20.6]. Esta diferencia puede explicarse en gran medida, no por las diferencias en los cambios climáticos, sino por las diferencias en cuanto a la vulnerabilidad [T6.6].
La vulnerabilidad al cambio climático puede agravarse por la presencia de otros elementos de estrés.
Los elementos de estrés no climáticos pueden aumentar la vulnerabilidad al cambio climático al reducir la resistencia, y sólo pueden disminuir la capacidad adaptativa debido al despliegue de recursos para la satisfacción de las necesidades más apremiantes. Por ejemplo, entre los actuales elementos de estrés que afectan a algunos de los arrecifes de coral se encuentran la contaminación marina y las escorrentías de productos químicos utilizados en la agricultura, así como el aumento de la temperatura del agua y la acidificación del océano. Las regiones vulnerables encaran múltiples elementos de estrés que afectan su exposición y sensibilidad, así como su capacidad adaptativa. Estos elementos de estrés se derivan, por ejemplo, de los actuales riesgos climáticos, la pobreza y el acceso desigual a los recursos, la inseguridad alimentaria, las tendencias de la globalización económica, los conflictos y la incidencia de enfermedades como el VIH/SIDA [7.4, 8.3, 17.3, 20.3].
El propio cambio climático puede reducir su combinación de múltiples elementos de estrés en algunas localidades porque las manifestaciones físicas de los impactos del cambio climático son muy diversas [9.4.8]. Por ejemplo, precipitaciones más variables implican una mayor frecuencia de sequías y episodios más frecuentes de precipitaciones intensas, a la vez que la subida del nivel del mar puede ocasionar inundaciones costeras en áreas que ya experimentaron vendavales más frecuentemente. En tales casos, la vulnerabilidad total al cambio climático es mayor que la suma de las vulnerabilidades a impactos específicos considerados por separado y de manera aislada (confianza muy alta) [20.7.2].
Es muy probable que el cambio climático impida la capacidad de los países para alcanzar vías de desarrollo sostenible, como se mide, por ejemplo, en los avances a largo plazo hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Para dar seguimiento al TIE, este Informe ha adoptado la definición de la Comisión Bruntland que establece que el desarrollo sostenible es el “desarrollo que satisface las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”. Durante la próxima mitad de siglo, es muy probable que el cambio climático haga más difícil el desarrollo sostenible, en particular, al medir su avance comparándolo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio que deben alcanzarse a mediados del presente siglo. El cambio climático socavará las capacidades de los países para alcanzar los Objetivos de Desarrollo, calculados teniendo en cuenta la reducción de la pobreza, y el logro de una mejor equidad para el año 2050, en particular, en África y en partes de Asia (confianza muy alta) [20.7.1].
Aunque hay casos en que los fenómenos climáticos extremos han interferido gravemente en el desarrollo económico, resulta muy improbable que el cambio climático atribuido a fuentes antropogénicas, per se, sea un impedimento extra considerable para que muchos países alcancen sus metas de Desarrollo del Milenio para el año 2015. Aún les queda por vencer muchos otros obstáculos con impactos más inmediatos [20.7.1].
El desarrollo sostenible puede reducir la vulnerabilidad al cambio climático, promoviendo la adaptación, aumentando la capacidad adaptativa y elevando la resistencia (confianza muy alta) [20.3.3]. Por otra parte, es muy probable que el cambio climático pueda hacer más lento el ritmo de avance hacia un desarrollo sostenible, ya sea directamente mediante una mayor exposición a los impactos adversos, o indirectamente mediante la erosión de la capacidad adaptativa. Este argumento se demuestra con claridad en las secciones de los capítulos sectoriales y regionales del presente Informe que analizan las implicaciones para el desarrollo sostenible [véase Sección 7 de los Capítulos 3 al 8, 20.3, 20.7]. En la actualidad, pocos planes de promoción de la sostenibilidad han incluido de manera explícita la adaptación a los impactos del cambio climático o la promoción de la capacidad adaptativa [20.3].
El desarrollo sostenible puede reducir la vulnerabilidad al cambio climático.
Los esfuerzos para encarar los impactos del cambio climático y los intentos de promover un desarrollo sostenible comparten objetivos y determinantes comunes entre los que se encuentran: el acceso a los recursos (incluida la información y la tecnología), la equidad en la distribución de los recursos, las reservas de capital humano y social, el acceso a los mecanismos de participación en el riesgo y la capacidad de los mecanismos de apoyo a la toma de decisiones para enfrentar la incertidumbre. No obstante, algunas actividades de desarrollo agravan las vulnerabilidades relativas al clima (confianza muy alta).
Resulta muy probable que puedan explotarse sinergias significativas con miras a utilizar el cambio climático para alcanzar el desarrollo de la comunidad, al igual que aspectos vitales de desarrollo para la comunidad del cambio climático [20.3.3, 20.8.2 y 20.8.3]. Es muy probable también que una comunicación eficaz en cuanto a la evaluación, valoración y las acciones se convierta en una herramienta importante tanto en la evaluación y el gobierno participativos como en la identificación de áreas productivas para iniciativas de aprendizaje compartido [20.3.3, 20.8.2, 20.8.3]. A pesar de estas sinergias, hasta ahora pocos análisis sobre promoción de la sostenibilidad han incluido, de manera explícita, la adaptación a los impactos climáticos, la reducción de los riesgos peligrosos y/o la promoción de la capacidad adaptativa [20.4, 20.5, 20.8.3]. Los análisis acerca de la promoción del desarrollo y el mejoramiento de la calidad del medio ambiente raras veces han incluido, de manera explícita, la adaptación a los impactos climáticos y/o la promoción de la capacidad adaptativa [20.8.3]. La mayoría de los académicos y profesionales inmersos en temas de desarrollo que reconocen que el cambio climático es un tema significativo a niveles local, nacional, regional y/o mundial concentran su atención casi exclusivamente en la mitigación [20.4, 20.8.3].
Las sinergias entre las medidas de adaptación y mitigación se harán efectivas a mediados del presente siglo, pero incluso la combinación entre una mitigación agresiva y una inversión considerable en la capacidad adaptativa pudiera verse neutralizada, a finales del presente siglo, al igual que un escenario probable de desarrollo.
Las Tablas RT.3 y RT.4 siguen la pista de los principales impactos mundiales para los grandes sectores, en relación con los aumentos de temperatura que se han medido desde el período de 1980 a 1999. No puede garantizarse, con una confianza muy alta, que un umbral de temperatura asociado a cualquier juicio subjetivo de lo que pudiera constituir un cambio climático “peligroso” se pueda evitar, a no ser que se garantice con la más denodada de las intervenciones de mitigación.
Como se ilustra en la Figura RT.19, es muy probable que los esfuerzos de mitigación mundial diseñados para contener las concentraciones efectivas de gases de efecto invernadero a, por ejemplo, 550 ppm beneficien a los países en desarrollo de manera significativa, a mediados del presente siglo, independientemente de si la sensibilidad al clima resulta ser alta o baja, y -sobre todo- cuando se combinen con una adaptación mejorada. Los países desarrollados podrían también beneficiarse considerablemente de una cartera de intervenciones de adaptación-mitigación, sobre todo, para las altas sensibilidades climáticas y en sectores y regiones que ya muestran señales de su vulnerabilidad. Para el año 2100, es probable que el cambio climático genere vulnerabilidades significativas en todo el mundo, aun cuando se apliquen medidas de mitigación agresivas de conjunto con una capacidad adaptativa mejorada [20.7.3].