IPCC Fourth Assessment Report: Climate Change 2007
Informe del Grupo de Trabajo II - Impacto, Adaptación y Vulnerabilidad

RT.4.1 Impactos, adaptación y vulnerabilidad sectoriales

El recuadro RT.5 muestra un resumen de los impactos previstos en cada sector.

Recuadro RT.5. Principales efectos proyectados para sistemas y sectores[1]

Recursos de agua dulce y su gestión

  • Es muy probable que disminuyan los volúmenes de agua almacenados en los glaciares y las capas de nieve. Esto reducirá los flujos de las corrientes de verano y otoño en regiones donde vive actualmente más de un sexto de la población mundial. ** N [3.4.1]
  • Es muy probable que aumente la disponibilidad de agua y la escorrentía en latitudes altas y en algunas zonas húmedas tropicales, incluidas zonas muy pobladas del oriente y sudeste asiático, y que disminuya en la mayor parte de las latitudes medias y en zonas secas tropicales, que constituyen en la actualidad zonas con estrés hídrico. ** D [F3.4].
  • Es probable que aumenten las zonas afectadas por sequías y los fenómenos de precipitaciones extremos, cuya frecuencia e intensidad es probable que aumente, incrementando el riesgo de inundaciones. El aumento de la frecuencia e intensidad de las inundaciones y sequías tendrá implicaciones en el desarrollo sostenible. **N GT1 CIE RRP; 3.4].
  • Es probable que las cuencas fluviales, donde vive hasta el 20% de la población mundial, se vean afectadas debido al aumento de los peligros de inundaciones para 2080 en el transcurso del calentamiento mundial. *N [3.4.3].
  • Muchas zonas semiáridas (por ejemplo, la Cuenca del Mediterráneo, el oeste de los Estados Unidos, el sur de África y el noreste de Brasil) padecerán una disminución de los recursos hídricos a raíz del cambio climático. ***C [3.4, 3.7].
  • Se pronostica que el número de personas que viven en cuencas fluviales sumamente afectadas aumente de 1.400 a 1.600 millones en 1995 a 4.300-6.900 millones en 2050, en el escenario A2. **N [3.5.1].
  • El aumento del nivel del mar ampliará las zonas de salinización de las aguas subterráneas y los estuarios. Esto traerá como resultado una disminución de la disponibilidad de agua dulce para los seres humanos y los ecosistemas en las zonas costeras. ***C [3.2, 3.4.2].
  • Disminuirá la cantidad de aguas subterráneas en algunas regiones que ya tienen estrés hídrico **N [3.4.2], donde el aumento demográfico acelerado y la demanda de agua a menudo acrecientan la vulnerabilidad. ***C [3.5.1].
  • El aumento de las temperaturas del agua, la intensidad de la precipitación y los períodos de flujos bajos más largos aumentan muchas formas de contaminación del agua, con efectos en los ecosistemas, la salud humana, la fiabilidad de los sistemas hídricos, y los costes operativos. **N [3.2, 3.4.4, 3.4.5].
  • Se han evaluado las incertidumbres, ha mejorado su interpretación, y se han creado nuevos métodos (por ejemplo, enfoques basados en conjuntos) para su descripción ***N [3.4, 3.5]. Sin embargo, siguen siendo inciertas las proyecciones cuantitativas de cambios en la precipitación, el flujo de los ríos y los niveles de agua a escala de cuencas fluviales. ***D [3.3.1, 3.4].
  • El cambio climático afecta al funcionamiento de las infraestructuras hídricas existentes así como a las prácticas de gestión hídrica***C [3.6]. En algunos países y regiones que reconocen la incertidumbre de los cambios hidrológicos proyectados, se crean procedimientos de adaptación y prácticas de gestión de riesgos para el sector hídrico ***N [3.6].
  • Las desventajas del cambio climático en los sistemas de agua dulce superan a las ventajas. **D [3.4, 3.5].
  • Las zonas donde se proyecta una disminución de la escorrentía experimentarán una reducción de los servicios suministrados por los recursos hídricos ***C [3.4, 3.5]. Los efectos negativos de los cambios en el aumento de la variabilidad y en la escorrentía estacional con respecto al abastecimiento de agua, la calidad del agua y los riesgos de inundaciones atenuarán las ventajas del aumento de la escorrentía anual en otras zonas. **N [3.4, 3.5].

Ecosistemas

  • Los siguientes ecosistemas se identifican como los más vulnerables y es prácticamente cierto que experimenten los impactos ecológicos más severos, incluida la extinción de especies y cambios fundamentales en el bioma. En tierra son: ecosistemas de tundra, bosque boreal, montaña, y tipo Mediterráneo. En la costa: manglares y marismas de agua salada. En océanos: arrecifes de corales y biomas de hielo marino. ***D [4.4, véanse además, Capítulos 1, 5, 6, 14, 15; GT1 CIE Capítulos 10,11]
  • Gozarán de impactos ecológicos positivos primarios, tales como el aumento de la productividad primaria neta (PPN), ecosistemas identificados como menos vulnerables: sabanas y desiertos pobres en especies. Sin embargo, estos efectos positivos dependen de una fertilización por CO2 mantenida, y de cambios sólo moderados en regimenes de alteraciones (por ejemplo, incendios) y en fenómenos extremos (por ejemplo, sequías). D [4.4.1, 4.4.2, C4.2, 4.4.3, 4.4.10, 4.4.11]
  • El aumento de la temperatura media mundial hasta 2oC[2] tendrá como consecuencia algunos aumentos proyectados en la productividad primaria neta en latitudes altas (que dependen de una migración amplia y eficaz de árboles maderables), mientras que se observará una disminución de la PPN (océano y tierra) en latitudes bajas. **D [4.4.1, 4.4.9, 4.4.10]
  • Es tan probable como improbable que el secuestro de carbono proyectado por la expansión de la taiga hacia los polos D [4.4.5, F4.3] se compense mediante cambios en el albedo, los incendios y la disminución de los bosques en el límite ecuatorial de la taiga**N/D [4.4.5, F4.3], así como mediante las pérdidas de metano de la tundra. *N [4.4.6]
  • Es muy probable que el secuestro de los bosques tropicales, a pesar de las ganancias en la producción observadas recientemente, dependa de las tendencias del cambio en el uso de los terrenos ***D [4.2, 4.3, 4.4.10], pero es muy probable que esté dominado por los impactos del cambio climático, sobre todo en las regiones secas **D [4.4.5, 4.4.10, F4.3]
  • Es muy probable que los bosques del Amazonas, la taiga China, y la mayoría de la tundra de Canadá y Siberia muestren cambios clave con una temperatura media mundial que supere los 3ºC ***D [T4.2, 4.4.1, F4.2, 4.4.10, F4.4]. Si hay un calentamiento <2ºC [4.4.10, F4.4, T4.3], por un lado se pronostica una expansión de los bosques en América del Norte y de Eurasia, y por otro es probable que los bosques tropicales experimenten impactos severos que incluyan pérdidas de la biodiversidad. *D [4.4.10, 4.4.11, T4.1]
  • Si la temperatura media mundial aumenta aproximadamente de 1,5 a 3ºC, es probable que se extiendan las zonas de baja productividad en océanos subtropicales en aproximadamente un 40% (Hemisferio Norte) y un 10% (Hemisferio Sur), pero es muy probable que la producción de biomas de hielo marino polar se reduzca aproximadamente en un 40% (Hemisferio Norte) y aproximadamente en un 20% (Hemisferio Sur). **N [4.4.9]
  • A medida que se reducen los biomas de hielo marino, es muy probable que las especies polares que dependen de ellos, incluidos depredadores como los pingüinos, las focas y los osos polares, experimenten la degradación y pérdida del hábitat. ***D [4.4.6]
  • Es muy probable que en los próximos 50 años desaparezcan los corales debido a la decoloración ***C [C4.5, 4.4.9], especialmente en la Gran Barrera de Arrecifes, donde se pronostica que el cambio climático y los impactos antropógenicos directos como la contaminación y la pesquería, causen cada vez más decoloración año tras año (aproximadamente de 2030 a 2050), seguida de una mortalidad masiva. **D [C4.4, 4.4.9]
  • Es prácticamente cierto que la liberación acelerada del carbono proveniente de reservas vulnerables de carbono, principalmente turberas, arcilla congelada de la tundra (“yedoma”), permafrost y bosques boreales y tropicales. ***D/N [F4.1, 4.4.1, 4.4.6, 4.4.8, 4.4.10, 4.4.11]
  • Es probable que se intensifiquen y expandan los incendios descontrolados en todo el mundo, a medida que aumentan las temperaturas y los períodos secos son más frecuentes y persistentes. **D/N [4.4.2, 4.4.3, 4.4.4, 4.4.5]
  • Es probable que una mayor variabilidad en la precipitación ponga en peligro a las especies que habitan tierra adentro y en humedales costeros debido a cambios en el tiempo, duración y profundidad de los niveles de agua. **D [4.4.8]
  • Es muy probable que disminuya aún más el pH de la superficie oceánica, incluso en 0,5 unidades de pH para 2100, con aumentos de CO2 atmosférico proyectados en el escenario A1FI. Esta situación probablemente perjudique a la formación de caparazones o esqueletos en los organismos marinos que necesitan carbonato de calcio (por ejemplo, los corales, los cangrejos, los calamares, los caracoles marinos, las almejas y las ostras). **N [4.4.9, C4.5]

Alimentos, fibra y productos forestales

  • En regiones de latitudes de medias a altas, un calentamiento moderado beneficia a los cultivos de cereales y a la producción de pastizales, pero incluso un calentamiento ligero disminuye la producción en regiones estacionalmente secas y tropicales *. El aumento del calentamiento tiene efectos sumamente negativos en todas las regiones [F5.2] Las adaptaciones a corto plazo podrían evitar una reducción del 10 al 15% de la producción. */ D [F5.2, 5.4]
  • El cambio climático aumentará ligeramente la cantidad de personas en riesgo de pasar hambre, con respecto a las grandes reducciones generales debidas al desarrollo socioeconómico. **D [5.6.5, T5.6]
  • Los cambios proyectados en la frecuencia y severidad de fenómenos meteorológicos extremos, unidos al aumento de los riesgos de incendios, plagas y brotes de enfermedades, tendrán consecuencias considerables en la producción alimentaria y forestal, y en la inseguridad alimentaria, además de los impactos del clima medio proyectados. **D [5.4.1 a 5.4.5]
  • Los pequeños agricultores, los agricultores de subsistencia, los pastores y los pescadores artesanales padecerán los efectos complejos y localizados del cambio climático. **N [5.4.7]
  • Es probable que aumente el potencial de producción alimentaria mundial con el aumento de la media de temperatura mundial hasta aproximadamente 3ºC, pero es muy probable que disminuya con valores superiores a esta cifra. * D [5.6]
  • A nivel mundial, se estiman pocos cambios en la silvicultura a raíz del cambio climático a corto y medio plazo. El aumento de la producción se desplazará de regiones de latitud baja a corto plazo, a regiones de latitud alta a largo plazo. *D [5.4.5]
  • Se prevén extinciones locales de especies de peces específicas en los extremos del rango. **N [5.4.6]
  • Se pronostica un aumento del comercio de alimentos y de productos de silvicultura como respuesta al cambio climático, junto con un aumento de la dependencia de importaciones de alimentos en la mayoría de los países en desarrollo. */ N [5.6.1, 5.6.2, 5.4.5]
  • Las investigaciones experimentales sobre la respuesta de los cultivos a concentraciones elevadas de CO2 confirman las conclusiones del TIE * C. Los últimos resultados del enriquecimiento del aire libre con dióxido de carbono (FACE) indican una respuesta más baja en los bosques. *D [5.4.1]

Sistemas costeros y zonas bajas

  • Es muy probable que las costas queden más expuestas al aumento de los riesgos debidos al cambio climático y al aumento del nivel del mar. Este efecto se agravará debido al aumento de la influencia del ser humano en las zonas costeras. ***D [6.3, 6.4]
  • Es probable que disminuyan los corales al aumentar su decoloración y mortalidad debido al incremento de las temperaturas superficiales marinas. El aumento del nivel del mar afectará de manera negativa a marismas de agua salada y manglares. ***D [6.4]
  • Todos los ecosistemas costeros son vulnerables al cambio climático y al aumento del nivel del mar, principalmente los corales, las marismas de agua salada y los manglares ***D [6.4.1]
  • Los corales son vulnerables al estrés térmico y es muy probable que el aumento pronosticado de la temperatura superficial marina (TSM) de aproximadamente 1 - 3ºC en el siglo XXI tenga como resultado fenómenos más frecuentes de decoloración y mortalidad generalizada, a no ser que los corales experimenten una adaptación térmica o climatización.
  • Los humedales costeros, incluidos las marismas de agua salada y los manglares, son sensibles al aumento del nivel del mar, con pronósticos de pérdidas mundiales del 33% si el nivel del mar aumenta 36 cm de 2000 a 2080. Es probable que la mayoría de las pérdidas se produzcan en las costas del Atlántico y en el Golfo de México en América, en las costas del Mediterráneo y el Báltico, y en regiones de pequeños territorios insulares. ***D [6.4.1]
  • La acidificación de los océanos es un asunto que se empieza a tratar ahora con potencial de efectos clave en zonas costeras, pero aún no se comprende bien. Es un tema urgente para investigaciones futuras, en especial para programas de observación y mediciones. **D [6.2.3, 6.2.5, 6.4.1]
  • Es muy probable que las inundaciones costeras de las zonas bajas se conviertan en el futuro en un riesgo mayor que el actual a raíz del aumento del nivel del mar y de la intensidad de las tormentas costeras, a no ser que exista una adaptación significativa [C6.2, 6.4.2]. Los efectos dependen del aumento del nivel del mar, del futuro socioeconómico y del grado de adaptación. Sin adaptación, más de 100 millones de personas podrían experimentar inundaciones costeras anuales para el decenio de 2080 a raíz solamente del aumento del nivel del mar, con probabilidades de que el escenario A2 sufra los mayores impactos. ***N [F6.2]
  • El análisis de rentabilidad de las respuestas indica que es muy probable que una adaptación generalizada reduzca los impactos potenciales. Además, indica que es muy probable que los costes de los impactos y la protección descenderán desproporcionadamente en los países en desarrollo. **C [F6.4, 6.5.3]
  • La vulnerabilidad clave del ser humano al cambio climático y al aumento del nivel del mar existe donde el estrés sobre los sistemas naturales costeros bajos coincide con una baja capacidad de adaptación del ser humano y/o una exposición alta e incluye: **D [6.4.2, 6.4.3]
  • o deltas, específicamente megadeltas asiáticos (por ejemplo, el Ganges-Brahmaputra en Bangladesh y el Bengal occidental);
  • o zonas costeras bajas urbanas, especialmente zonas propensas al hundimiento natural o provocado por el ser humano y a los deslizamientos de tierra provocados por tormentas tropicales (por ejemplo, Nueva Orleans, Shangai);
  • o pequeños territorios insulares, especialmente atolones bajos (por ejemplo, las Islas Maldivas).
  • A nivel regional, es muy probable que el mayor aumento en la vulnerabilidad ocurra en el sur, sudeste y este de Asia, en lugares costeros urbanizados en África y en regiones de pequeños territorios insulares. Los más afectados serán los megadeltas de Asia, aunque en los pequeños territorios insulares aumentará más el riesgo de un modo relativo. **D [6.4.2]
  • El aumento del nivel del mar presenta una inercia importante si se compara con otros factores de cambio climático, y es prácticamente cierto que continuará después de 2100 durante muchos siglos más. La estabilización del clima puede reducir, pero no detener, el aumento del nivel del mar. Por ende, hay una previsión de adaptación en zonas costeras que hace plantearse la planificación espacial a largo plazo y la necesidad de protección en contraste con el retroceso planificado. ***D [C6.6]

Industria, asentamientos humanos y sociedad

  • Los beneficios y costes derivados del cambio climático para la industria, los asentamientos humanos y la sociedad variarán dependiendo de la ubicación y la escala. En las regiones templadas y en la polares, algunos efectos serán positivos, mientras que en otras regiones otros serán negativos. En total, sin embargo, es más probable que los efectos netos sean sumamente negativos bajo situaciones de calentamiento más acelerado o mayor. **N [7.4, 7.6, 15.3, 15.5]
  • La vulnerabilidad de la industria, las infraestructuras, los asentamientos humanos y la sociedad frente al cambio climático es generalmente mayor en ciertos lugares con mayores riesgos, sobre todo en las zonas costeras y ribereñas, en las propensas a fenómenos meteorológicos extremos, y en zonas cuyas economías están estrechamente vinculadas a recursos susceptibles al clima, tales como las industrias agrícolas y de productos forestales, las que dependen del agua y el turismo. Estas vulnerabilidades tienden a ser localizables pero a menudo son grandes y en crecimiento. Por ejemplo, el aumento de la urbanización en la mayoría de los países con ingresos bajos y medios, a menudo en zonas de alto riesgo relativo, pone en riesgo a una mayor proporción de sus economías y poblaciones. **D [7.1, 7.4, 7.5]
  • Donde aumente la intensidad y/o frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos con el cambio climático, aumentará el coste económico de tales fenómenos. Se prevé que estos aumentos sean considerables en las zonas más directamente afectadas. La experiencia indica que los costes derivados de los peores fenómenos varían en porcentaje de los ingresos y del PIB regional anual en grandes regiones con economías muy grandes, llegando hasta más del 25% en las zonas más pequeñas afectadas por estos fenómenos. **N [7.5]
  • Algunas comunidades y asentamientos pobres ya se encuentran bajo el estrés de la variabilidad climática y de los fenómenos climáticos extremos, y pueden ser especialmente vulnerables al cambio climático porque se concentran en zonas de relativamente altos riesgos, tienen acceso limitado a los servicios y a otros recursos para solucionar los daños, y en algunas regiones, son más dependientes de los recursos susceptibles al clima tales como el abastecimiento local de agua y alimentos. **N [7.2, 7.4.5, 7.4.6]
  • El aumento de los costes económicos relacionado con los fenómenos meteorológicos extremos incrementa la necesidad de una gestión económica y financiera eficaz de los riesgos. En aquellas regiones y lugares donde aumenta el riesgo y el seguro privado es la opción principal en la gestión de riesgos, hacer eco de los precios puede incentivar la adaptación. Sin embargo, bajo estas circunstancias puede pasarse por alto la protección, resultando en un aumento de las funciones de otros sectores, incluidos los gobiernos. Se necesitarán otros mecanismos para la gestión de riesgos en aquellas regiones donde el seguro privado no está ampliamente disponible. En todas las situaciones, los grupos más pobres de la población necesitarán atención especial en la gestión de riesgos y en la adaptación. **D [7.4.2]
  • En muchas zonas, es probable que el cambio climático provoque preocupaciones sobre la equidad social y que aumente las presiones sobre las infraestructuras gubernamentales y las capacidades institucionales.
  • Las infraestructuras físicas sólidas y fiables son muy importantes en la gestión de los riesgos relacionados con el clima. Tales infraestructuras como los sistemas urbanos de abastecimiento de aguas son vulnerables al aumento del nivel del mar y a la disminución regional de la precipitación sobre todo en las zonas costeras. Las grandes concentraciones de población sin infraestructuras son más vulnerables a los efectos del cambio climático. **N [7.4.3 al 7.4.5]

Salud

  • Los riesgos relativos proyectados atribuibles al cambio climático en 2030 muestran un aumento de la desnutrición en algunos países asiáticos **N [8.4.1]. Se pronostica que a finales del siglo las tendencias de calentamiento previstas disminuyan la disponibilidad de cultivos en regiones estacionalmente secas y tropicales [5.4]. Esto traerá como consecuencia un aumento del hambre, la desnutrición y sus consiguientes trastornos, incluidos los del crecimiento y el desarrollo de los niños, fundamentalmente en aquellas regiones donde ya existe una mayor vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria, sobre todo en África. **N [8.4.2]
  • Se proyecta que para 2030 las inundaciones costeras provoquen un gran aumento proporcional de la mortalidad; sin embargo, esto se aplicó a una carga pequeña de enfermedades de manera que el impacto total es pequeño. En general, se prevé que la población en riesgo de inundaciones se duplique o triplique para 2080. **N [8.4.1]
  • Las estimaciones del aumento de la población en riesgo de muerte por calor difiere entre países y depende del lugar, edad de la población y medidas de adaptación aplicadas. En general, se estiman aumentos significativos en este siglo. **D [T8.3]
  • Se prevén proyecciones mezcladas para el paludismo: a nivel mundial, se calculó una población adicional en riesgo de entre 220 millones (A1FI) y 400 millones (A2). En África, las estimaciones difieren desde una reducción de la transmisión en el sudeste de África en 2020 y disminuciones alrededor del Sahel y el sur y centro de África en 2080, con aumentos localizados en las altiplanicies, hasta un aumento del 16-28% de personas-meses de exposición en 2100 en todos los escenarios. Se ha estimado algún aumento de los riesgos para el Reino Unido, Australia, India y Portugal. ***D [T8.2]
  • En Canadá, las estimaciones indican una expansión de aproximadamente 1.000 km hacia el norte del vector que transmite la enfermedad de Lyme para el decenio de 2080 (A2) y además, se estima que la cantidad de garrapatas se duplique y hasta cuadruplique. En Europa, se prevé que la encefalitis transmitida por la garrapata se desplace más hacia el noroeste desde su ubicación actual pero se ubicaría en Europa central y occidental para el decenio de 2050. *N [T8.2]
  • Para 2030 se prevé un aumento de aproximadamente 2-5% de las enfermedades diarreicas en regiones con bajos ingresos **N [8.4.1] Las estimaciones indican un aumento anual del 5-18% para 2050 en comunidades aborígenes de Australia **N [T8.2]. Las estimaciones indican un aumento de los casos de envenenamiento por alimentos en el Reino Unido correspondiente al aumento de temperatura de 1-3ºC. *N [T8.2]
  • En el noreste de los EEUU en el escenario climático A2, las estimaciones indican un aumento de 4,5% de las muertes ocasionadas por mayores concentraciones de ozono. Se prevé que el aumento del 68% de la media de días/verano que excedan la norma reglamentaria de 8 horas resulte en un aumento de 0,1-0,3% de la mortalidad no accidental y en un aumento medio de 0,3% de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Para 2050 y 2080 en el Reino Unido, se estimaron grandes disminuciones de días con concentraciones altas de partículas y dióxido de azufre (SO2) y poca disminución de otros contaminantes, pero el ozono habrá aumentado **N [T8.4]. Los beneficios a corto plazo para la salud derivados de la reducción de las concentraciones de contaminantes del aire (como los del ozono y las partículas), como consecuencia de la reducción de los gases de efecto invernadero pueden ser importantes. **D [8.7.1, GTIII CIE].
  • Para 2085 se prevé que aumente el riesgo de contraer dengue a raíz del cambio climático y afectará a 3.500 millones de personas.*N [8.4.1.2]
  • Se pronostica que la disminución de las muertes provocadas por el frío a raíz del cambio climático sea mayor que el aumento de las muertes provocadas por el calor en el Reino Unido. **D [T8.3]

Recursos de agua dulce y su gestión

Los impactos del cambio climático en los sistemas de agua dulce y su gestión se deben principalmente a los aumentos proyectados y observados en la temperatura, evaporación, nivel del mar y variabilidad de la precipitación (confianza muy alta).

Más de un sexto de la población mundial vive en cuencas fluviales alimentadas por glaciares o por la nieve derretida y se verá afectado por la disminución del volumen de agua almacenada en los glaciares y bancos de nieve, el aumento de la relación de los flujos invernales anuales y probablemente, la reducción de los flujos bajos causada por la disminución de la extensión de los glaciares o del almacenamiento de agua de nieve derretida estacionalmente [3.4.1, 3.4.3]. El aumento del nivel del mar supondrá un aumento de las zonas de salinización de aguas subterráneas, y de los estuarios lo que provocará una disminución de disponibilidad de agua dulce para los seres humanos y los ecosistemas en las zonas costeras [3.2, 3.4.2]. Se prevé que la mayor intensidad y variabilidad de la precipitación aumente el riesgo de inundaciones y sequías en muchas zonas [3.3.1]. Hasta un 20% de la población mundial vive en cuencas fluviales donde probablemente aumente el riesgo de inundaciones para la década de 2080 debido al calentamiento mundial [3.4. 3].

Se prevé un aumento considerable del número de personas que viven en cuencas fluviales severamente afectadas de 1.400-1.600 millones en 1995 a 4.300-6.900 millones en 2050 para el escenarios IE-EE A2 (confianza media).

Se prevé que la población en riesgo de aumento del estrés hídrico para toda la gama de escenarios IE-EE sea de 400-1.700 millones en el decenio de 2020; 1.000-2.000 millones en el decenio de 2050 y 1.1-3.2 mil millones en el decenio de 2080 [3.5.1].

El aumento de la temperatura del agua y la intensidad de la precipitación, junto con períodos más largos de flujos bajos probablemente agraven algunas formas de contaminación de las aguas, lo que influirá en ecosistemas, salud humana, fiabilidad de los sistemas hídricos y costes operativos (confianza alta).

Estas sustancias contaminantes incluyen sedimentos, nutrientes, carbono orgánico disuelto, agentes patógenos, pesticidas, sal y contaminación térmica [3.2, 3.4.4, 3.4.5].

El cambio climático afecta al funcionamiento de las infraestructuras hídricas existentes, así como a las prácticas de gestión hídrica (confianza muy alta).

Los efectos adversos del clima en los sistemas de agua dulce agravan los impactos de otros factores de estrés, como el crecimiento demográfico, los cambios en las actividades económicas, el cambio en el uso de los terrenos y la urbanización [3.3.2, 3.5]. A nivel mundial, la demanda de agua aumentará en los próximos decenios, principalmente debido al aumento de la población y al aumento de la riqueza. A nivel regional, es probable que el cambio climático provoque grandes cambios en la demanda de agua para regadío [3.5.1]. Es muy probable que las prácticas actuales de gestión hídrica no reduzcan los impactos negativos del cambio climático respecto a la disponibilidad de agua, el riesgo de inundaciones, la salud humana, la energía y los ecosistemas acuáticos [3.4, 3.5]. Es probable que la incorporación mejorada de la variabilidad climática actual a la gestión hídrica facilite la adaptación a cambios climáticos futuros [3.6].

Varios países y regiones (por ejemplo, el Caribe, Canadá, Australia, Holanda, Reino Unido, Estados Unidos de América, Alemania) crean procedimientos de adaptación y prácticas de gestión de riesgos para el sector hídrico. Estos países y regiones reconocen la incertidumbre de los cambios hidrológicos proyectados (confianza muy alta).

A partir de la Tercera Evaluación del IPCC, se han evaluado las incertidumbres y ha mejorado su interpretación. Además, se están desarrollando nuevos métodos (por ejemplo, enfoques basados en los conjuntos) para la descripción de incertidumbres [3.4, 3.5]. Sin embargo, los pronósticos cuantitativos de los cambios en la precipitación, el flujo de ríos y los niveles de agua a escala de cuenca fluvial siguen siendo inciertos [3.3.1, 3.4].

Los efectos negativos del cambio climático en los sistemas de agua dulce superan a los positivos (confianza alta).

Todas las regiones del IPCC muestran un impacto negativo neto general debido al cambio climático en cuanto a recursos hídricos y ecosistemas de agua dulce. Es probable que en las zonas donde se prevé una disminución de la escorrentía, merme el valor de los servicios suministrados por los recursos hídricos. Es probable que los impactos beneficiosos del aumento de la escorrentía anual se vean afectados en algunas zonas, por los efectos negativos del aumento de la variabilidad en la precipitación y por los cambios de la escorrentía estacional en el abastecimiento de agua, calidad del agua y riesgos de inundaciones (véase Gráfico RT.5) [3.4, 3.5].

Gráfico RT.5

Gráfico RT.5. Mapa representativo de los efectos del cambio climático futuro en el agua dulce que amenazan el desarrollo sostenible de las regiones afectadas. Los antecedentes muestran el cambio en la media de la escorrentía anual, reflejada en %, entre el presente (1981-2000) y 2081-2100 para el escenario de emisiones IE-EE A1B; el color azul indica aumento de la escorrentía, y el rojo disminución de la escorrentía. [F3.2]

Ecosistemas

Los registros del pasado geológico muestran que los ecosistemas tienen cierta capacidad de adaptación natural al cambio climático [GT1 CIE Capítulo 6; 4.2], pero esta resistencia[11] nunca se ha visto desafiada por grandes poblaciones y sus múltiples exigencias [4.1, 4.2].

Es probable que la resistencia de muchos ecosistemas (capacidad de adaptación natural) sea superada de aquí a 2100 por una combinación sin precedentes de cambio climático, alteraciones asociadas (por ejemplo, inundaciones, sequías, incendios, insectos, acidificación de los océanos), y otros controladores del cambio climático mundial (por ejemplo, cambios en el uso de los terrenos, contaminación, sobreexplotación de recursos) (confianza alta).

Es muy probable que los ecosistemas se enfrenten a niveles de CO2 atmosférico más altos que en los últimos 650.000 años y a temperaturas medias mundiales al menos tan altas como las de los últimos 740.000 años [GT1 CIE Capítulo 6; 4.2, 4.4.10, 4.4.11]. Para 2100, es muy probable que el pH del océano sea menor que el de los últimos 20 millones de años [4.4.9]. Es muy probable que el uso extractivo y la fragmentación de hábitats silvestres perjudiquen a la adaptación de las especies [4.1.2, 4.1.3, 4.2, 4.4.5, 4.4.10]. Es muy probable que el exceso de resistencia de los ecosistemas se caracterice por respuestas tipo umbral, algunas irreversibles en escalas de tiempo importantes para la sociedad humana, como la pérdida de la biodiversidad mediante la extinción, la ruptura de las interacciones ecológicas de las especies, cambios importantes en la estructura de los ecosistemas y los regímenes de alteraciones (sobre todo incendios e insectos) (véase Gráfico RT.6). Es muy probable que las propiedades principales de los ecosistemas (por ejemplo, la biodiversidad) o su modo de regularse (por ejemplo, a través del secuestro de carbono) se vean mermadas [4.2, 4.4.1, 4.4.2 a 4.4.9, 4.4.10, 4.4.11, F4.4, T4.1].

Gráfico RT.6

Gráfico RT.6. Compendio de riesgos proyectados debidos a graves efectos del cambio climático en ecosistemas para diferentes niveles de aumento de la temperatura media mundial anual, ΔT, respecto al clima preindustrial, utilizada como indicador indirecto de cambio climático. La curva roja muestra las anomalías de temperatura observadas en el período 1900-2005 [GT1 CIE F3.6]. Las dos curvas grises brindan ejemplos de la posible evolución futura del cambio de la temperatura media mundial ΔT con el tiempo [GT1 CIE F10.4] ejemplificado por respuestas simuladas de la mediana de multimodelos del GT1 para (i) el escenario A2 de forzamiento radiativo (GT1 A2) y (ii) para un escenario B1 prolongado (GT1 B1+estabil.), donde el forzamiento radiativo después de 2100 se mantuvo constante con el valor de 2100 [GT1 CIE F10.4, 10.7]. El matiz blanco indica impactos o riesgos neutrales, poco negativos o positivos; el amarillo indica impactos negativos para algunos sistemas o riesgos bajos; y el rojo indica impactos negativos o riesgos que están más generalizados y/o son mayores. Los impactos representados tienen en cuenta solamente los impactos del cambio climático y omiten los efectos del cambio en el uso de los terrenos o la fragmentación del hábitat, el exceso de cosechas o la contaminación (por ejemplo, la deposición de nitrógeno). Sin embrago, pocos tienen en cuenta los cambios en el régimen de incendios, algunos tienen en cuenta los posibles efectos del aumento de la productividad debido al aumento del CO2 atmosférico y otros tienen en cuenta los efectos de la migración. [F4.4, T4.1]

Es probable que la biosfera terrestre se convierta en una fuente neta de carbono para 2100, de esta manera amplificaría el cambio climático debido a las emisiones continuas de gases de efecto invernadero a tasas iguales o superiores a las actuales y a otros cambios mundiales no mitigados, como los cambios en el uso de la tierra (confianza alta)

La mayoría de las principales reservas de carbono terrestre son vulnerables al cambio climático y/o a los impactos del uso de la tierra [F4.1, 4.4.1, F4.2 4.4.5, 4.4.6, 4.4.10, F4.3]. La biosfera terrestre sirve en la actualidad como un sumidero de carbono variable, pero generalmente en aumento (debido a la fertilización por CO2, al cambio climático moderado y a otros efectos), si bien probablemente esta situación alcanzará el máximo antes de mediados de siglo y después tenderá a una fuente neta de carbono, aumentando por lo tanto el cambio climático [F4.2, 4.4.1, 4.4.10, F4.3, 4.4.11], mientras que la capacidad amortiguadora del océano se comenzará a saturar [GT1 CIE, por ejemplo, 7.3.5]. Es probable que esto ocurra antes de 2100, si se mantienen las emisiones continuas de gases de efecto invernadero a tasas iguales o superiores a las actuales, así como los controladores del cambio mundiales no mitigados, incluidos los cambios en el uso de los terrenos, destacando la deforestación tropical. Es probable que se aceleren las emisiones de metano de la tundra [4.4.6].

Es probable que aproximadamente del 20 al 30% (con variaciones entre biotas regionales de 1 a 80%) de las especies evaluadas hasta el momento (en una muestra imparcial) se encuentren en alto riesgo de extinción con tendencia a aumentar, al superar las temperaturas medias mundiales en 2 - 3ºC los niveles preindustriales (confianza media).

Las pérdidas mundiales de biodiversidad son muy importantes ya que son irreversibles [4.4.10, 4.4.11, F4.4, T4.1]. La riqueza de las especies endémicas es mayor donde los cambios paleoclimáticos regionales han sido menos intensos, lo que indica que probablemente las especies endémicas tengan mayor riesgo de extinción que en el pasado geológico [4.4.5, 4.4.11, F4.4, T4.1]. Es probable que la acidificación de los océanos dañe la composición a base de aragonito de los caparazones de una gama amplia de plancton y organismos marinos bentónicos de poca profundidad [4.4.9, B4.4]. Las prácticas de conservación están generalmente mal preparadas frente al cambio climático y es probable que la aplicación de respuestas de adaptación eficaces sea costesa [4.4.11, T4.1, 4.6.1]. A pesar de que los vínculos entre la integridad de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas permanecen cuantitativamente inciertos, existe una confianza alta de que su relación es cualitativamente positiva [4.1, 4.4.11, 4.6, 4.8].

Muy probablemente haya cambios fundamentales en la estructura y funcionamiento de ecosistemas marinos y terrestres a raíz de un calentamiento mundial de 2 a 3ºC por encima de los niveles preindustriales y del aumento asociado de CO2 atmosférico (confianza alta).

Debido a estos o a superiores aumentos de temperatura, probablemente haya cambios importantes en el bioma, incluida la aparición de biomas nuevos y los cambios en la interacción ecológica de las especies, con consecuencias predominantemente negativas para los bienes y los servicios [4.4]. Se prevé que la acidificación progresiva de los océanos debido al aumento del CO2 atmosférico, que no se tuvo en cuenta en el pasado, tenga un impacto negativo en los organismos marinos que presentan caparazón (por ejemplo, los corales) y las especies que dependen de ellos [C4.4, 6.4].

Alimentos, fibra y productos forestales

En regiones de latitud media a alta, el calentamiento moderado beneficia a los cultivos de cereales y mejora los rendimientos de los pastizales; sin embargo, en regiones tropicales estacionalmente secas, disminuye el rendimiento (confianza media).

Los resultados de los modelos de varias zonas, revelan que, en regiones templadas, los aumentos moderados o medios en la temperatura media local (de 1 a 3ºC), junto con el aumento asociado de CO2 y los cambios en la precipitación, pueden tener pequeños efectos beneficiosos en el rendimiento de los cultivos. Es probable que en latitudes más bajas, sobre todo en los trópicos estacionalmente secos, incluso los aumentos moderados de temperatura (de 1 a 2oC) tengan efectos negativos en el rendimiento de los principales cereales, lo cual podría aumentar el riesgo de hambruna. El aumento del calentamiento incrementa los efectos negativos en todas las regiones (confianza de mediana a baja) (véase Gráfico RT.7) [5.4].

Gráfico RT.7

Gráfico RT.7. Sensibilidad del rendimiento de cereales, maíz y trigo, al cambio climático. Las respuestas incluyen casos sin adaptación (puntos anaranjados) y con adaptación (puntos verdes). Los estudios en los que se basa este gráfico abarcan una gama de cambios en la precipitación y concentraciones de CO2 y varían en la forma de representar los cambios futuros de la variabilidad climática. Por ejemplo, los puntos de color claro en (b) y (c) representan respuestas de cultivos de secano en escenarios climáticos con disminución de la precipitación [F5.4].

El cambio climático aumenta ligeramente el número de personas en riesgo de pasar hambre, a raíz de las grandes reducciones generales debidas al desarrollo socioeconómico (confianza media).

En comparación con los 820 millones de personas desnutridas que existen en la actualidad, los escenarios IE-EE de desarrollo socioeconómico, sin cambio climático, proyectan de 100 a 240 millones de personas desnutridas para los escenarios IE-EE A1, B1 y B2 (770 millones en el escenario A2) para 2080 (confianza media). Los escenarios con cambio climático proyectan de 100 a 380 millones de personas desnutridas para los escenarios IE-EE A1, B1 y B2 (740-1.300 millones en el escenario A2) para 2080 (confianza de media a baja). Los intervalos indican la magnitud de los impactos derivados de la exclusión e inclusión de los efectos del CO2 en los escenarios. El cambio climático y el desarrollo socioeconómico se combinan para modificar la distribución regional de la hambruna, con grandes efectos negativos en África Subsahariana (confianza de baja a media) [5.4, RT.6].

Los cambios proyectados en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, junto con los impactos del clima medio proyectado, tienen consecuencias importantes en la producción de alimentos y en la silvicultura, así como en la inseguridad alimentaria (confianza alta).

Los últimos estudios indican que el aumento de la frecuencia del estrés térmico, las sequías e inundaciones, afecta de manera negativa al rendimiento de cultivos y a la ganadería, aparte de los impactos del cambio climático medio. Esto crea la posibilidad de sorpresas, con impactos que son más grandes y ocurren más temprano que las predicciones, realizadas teniendo sólo en cuenta los cambios en las variables medias [5.4.1, 5.4.2]. Este es el caso específico de los sectores de subsistencia de las latitudes bajas. La variabilidad y el cambio climático también modifican el riesgo de incendios, de brote de plagas y agentes patógenos que afectan de manera negativa a los alimentos, la fibra y la silvicultura (confianza alta) [5.4.1 a 5.4.5, 5.RE].

Las simulaciones indican que un calentamiento de bajo a moderado podría aumentar algunas ventajas de adaptación (confianza media), aunque esta adaptación puede provocar un estrés hídrico y medioambiental, a medida que aumenta el calentamiento (confianza baja).

Existen múltiples opciones de adaptación que implican diferentes costes, que van desde el cambio de prácticas hasta el de la ubicación de los alimentos, la fibra y las actividades forestales [5.5.1]. La eficacia de la adaptación varía de sólo reducir ligeramente los impactos negativos, hasta transformar un impacto negativo en positivo. Como promedio, en los sistemas de cultivo de cereales, las adaptaciones tales como el cambio de las variedades y las fechas de cultivo permiten que se anulen las reducciones en la producción del 10 al 15%, correspondientes al aumento de 1 a 2ºC de la temperatura local. Las ventajas de la adaptación tienden a aumentar con el nivel de cambio climático [F5.2]. Se necesitan cambios en las políticas e instituciones para facilitar la adaptación. Si se sigue intentando cultivar tierras poco rentables o se siguen adoptando prácticas insostenibles de cultivo, puede aumentar la degradación de la tierra y el uso de recursos, poniendo en peligro la biodiversidad de especies salvajes y domésticas [5.4.7].

Las medidas de adaptación se deben integrar con estrategias y programas de desarrollo, programas de países y estrategias de erradicación de la pobreza [5.7].

Los pequeños agricultores, pastores, agricultores de subsistencia y pescadores artesanales son propensos a padecer efectos complejos y localizados del cambio climático (confianza alta).

Es probable que estos grupos, cuya capacidad de adaptación es limitada, experimenten efectos negativos en el rendimiento de cultivos tropicales unidos a una vulnerabilidad alta a los fenómenos extremos. Es probable que haya, a largo plazo, impactos negativos adicionales de otros procesos relacionados con el clima como la disminución de la cantidad de nieve, sobre todo en la llanura Indo-gangética; el aumento del nivel del mar; y la propagación de la frecuencia de enfermedades que afecten a la disponibilidad de mano de obra agrícola (confianza alta) [5.4.7].

A nivel mundial, se estima que la silvicultura sólo presente cambios modestos debido al cambio climático en términos de corto y mediano plazos (confianza mediana).

El cambio del rendimiento de la producción forestal a nivel mundial varía de un aumento modesto a una disminución leve, aunque es probable que los cambios locales y regionales sean más grandes [5.4.5.2]. Es probable que el aumento de la producción cambie de regiones de latitud baja a corto plazo hacia regiones de latitud alta a largo plazo [5.4.5].

Se pronostican extinciones locales de especies de peces específicas en los extremos del rango (confianza alta).

Es probable que siga cambiando la distribución y la productividad de especies de peces específicas a nivel regional; y localmente, en los extremos del rango, habrá extinciones principalmente de especies de agua dulce y diádromos (por ejemplo, el salmón, el esturión). En algunos casos, es probable que aumenten los rangos y la productividad [5.4.6]. Las últimas pruebas indican una preocupación por la disminución de la Circulación de Retorno Longitudinal, lo que provocaría consecuencias potencialmente serias para la pesquería [5.4.6].

Se pronostica un aumento del comercio de alimentos y silvicultura como respuesta al cambio climático, con un aumento de la dependencia de importaciones de alimentos en la mayoría de los países en desarrollo (confianza de media a baja).

Aunque es probable que el cambio climático aumente el poder adquisitivo a la hora de adquirir alimentos en el período hasta 2050 al disminuir los precios reales, afectará adversamente al período de 2050 a 2080 con precios reales más altos [5.6.1, 5.6.2]. Es probable que aumenten las exportaciones de alimentos desde zonas templadas hacia los países tropicales [5.6.2], mientras que probablemente ocurra lo contrario con respecto a la silvicultura a corto plazo [5.4.5].

Las investigaciones experimentales sobre la respuesta de los cultivos a concentraciones elevadas de CO2 confirman los análisis del TIE (confianza de media a alta). Los nuevos resultados muestran respuestas más bajas para los bosques (confianza media). Las últimas repeticiones de los análisis de los estudios sobre el enriquecimiento del dióxido de carbono en atmósfera libre (FACE, en sus siglas en inglés) indican que, con 500 ppm de CO2, el rendimiento aumenta bajo condiciones sin estrés de un 10 a 20% por encima de las concentraciones actuales para cultivos C3, y de un 0 a 10% para cultivos C4 (confianza media). Las simulaciones de modelos de cultivos con concentraciones elevadas de CO2 se corresponden con estos intervalos (confianza alta) [5.4.1]. Los últimos resultados sobre el FACE indican que no existe una respuesta significativa en la población forestal madura, y confirman un aumento del crecimiento de las poblaciones forestales jóvenes [5.4.1]. La exposición al ozono reduce la respuesta de CO2 en cultivos y bosques [R5.2].

Sistemas costeros y zonas bajas

Desde el TIE, se conocen mucho mejor las implicaciones del cambio climático en los sistemas costeros y en las zonas bajas (de aquí en adelante, “costas”), y se ha llegado a seis conclusiones importantes, de peso en cuanto a lo referente a políticas.

Las costas experimentan las consecuencias adversas de los peligros relacionados con el clima y el nivel del mar (confianza muy alta).

Las costas son muy vulnerables a los fenómenos extremos tales como las tormentas, lo que supone unos costes considerables para las comunidades costeras [6.2.1, 6.2.2, 6.5.2]. Anualmente, aproximadamente 120 millones de personas se exponen a los peligros de los ciclones tropicales. Estos fenómenos provocaron la muerte de 250.000 personas entre 1980 y 2000 [6.5.2]. A lo largo del siglo XX, el aumento mundial del nivel del mar contribuyó al aumento de las inundaciones costeras, a la erosión y a pérdidas de ecosistemas, pero resulta difícil determinar la función exacta del aumento del nivel del mar debido a variaciones considerables a nivel regional y local a causa de otros factores [6.2.5, 6.4.1]. Los efectos del aumento de la temperatura a finales del siglo XX incluyen la pérdida del hielo marino; el deshielo del permafrost; el retroceso asociado de las costas en latitudes altas; y más frecuente, la decoloración y mortalidad de los corales en latitudes bajas [6.2.5]

Es muy probable que, en los próximos decenios, las costas estén expuestas a los riesgos crecientes, debido a muchos factores combinados de cambio climático (confianza muy alta).

Los cambios climáticos anticipados incluyen: aumento acelerado del nivel del mar de 0,2 a 0,6 m o más para 2100; aumento de las temperaturas superficiales marinas de 1 a 3ºC en el futuro; aumento de la intensidad de los ciclones tropicales y extra tropicales; mayores oleajes con olas extremas y tormentas; modificación de la precipitación/escorrentía; y acidificación de los océanos [GT1 CIE Capítulo 10; 6.3.2]. Estos fenómenos variarán considerablemente a escala local y regional, pero es prácticamente cierto que los efectos serán arrolladores [6.4.6.5.3]. Los ecosistemas de humedales costeros, como las marismas de agua salada y los manglares, están muy probablemente en riesgo, en aquellos lugares donde padecen una falta de sedimentos o están constreñidos con respecto a la tierra que les rodea [6.4.1]. La degradación de los ecosistemas costeros, principalmente de los humedales y los arrecifes coralinos, tiene implicaciones serias para el bienestar de las sociedades que dependen de ellos en lo que respecta a bienes y servicios [6.4.2, 6.5.3]. El aumento de las inundaciones y la degradación de la pesquería de agua dulce y otros recursos, pueden ocasionar impactos en cientos de millones de personas, y es prácticamente cierto que en las costas aumenten los costes socioeconómicos derivados del cambio climático [6.4.2, 6.5.3].

El aumento de las presiones provocadas por el ser humano exacerba el impacto del cambio climático en las costas (confianza muy alta).

El uso de las costas aumentó considerablemente durante el siglo XX y es prácticamente cierto que esta tendencia continúe en el siglo XXI. En los escenarios IE-EE, la población costera puede crecer de 1.200 millones de personas (en 1990) hasta entre 1.800 millones y 5.200 millones de personas para 2080, dependiendo de las tendencias futuras de migración hacia las costas [6.3.1]. Miles de millones de personas e importantes recursos en riesgo en las costas padecen otros estreses a mayores derivados de los cambios en el uso de los terrenos y de los cambios hidrológicos de las capturas, incluidos los embalses que reducen el suministro de sedimentos a las costas [6.3]. Destacan tres ámbitos clave debido a su vulnerabilidad societal: (i) los deltas (véase Gráfico RT.8), en especial los siete megadeltas asiáticos, cuya población total es de aproximadamente más de 200 millones de habitantes; (ii) las zonas urbanas situadas en la parte baja de las costas, sobre todo aquellas propensas al hundimiento; y (iii) los territorios insulares pequeños, en especial los atolones coralinos [6.4.3].

Gráfico RT.8

Gráfico RT.8. Vulnerabilidad relativa de los deltas costeros tal como indican las estimaciones de la población potencialmente desplazada por las tendencias actuales del nivel del mar hacia 2050 (extrema = >1 millón; alta = de 1 millón a 50.000; media = de 50.000 a 5.000) [R6.3]. El cambio climático exacerbaría estos impactos.

Es prácticamente cierto que la adaptación en las costas de los países en desarrollo constituye un desafío mayor que en las costas de los países desarrollados (confianza alta).

Los países en desarrollo ya están experimentando los peores efectos de los peligros actuales de las costas [6.5.2]. Es prácticamente cierto que esto siga siendo así por el cambio climático, incluso si se produjera una adaptación óptima, siendo Asia y África las regiones más expuestas [6.4.2, R6.6, F6.4, 6.5.3]. Los países en desarrollo tienen una capacidad de adaptación más limitada debido a su nivel de desarrollo, y al hecho de que la mayoría de las zonas vulnerables están en lugares expuestos o sensibles tales como pequeños territorios insulares o deltas [6.4.3]. La adaptación de los países en vías de desarrollo, será aún más difícil en los ámbitos clave debido a su vulnerabilidad societal ya mencionados [6.4.3].

En las costas vulnerables es menos costosa la adaptación que la pasividad (confianza alta).

Es prácticamente cierto que los costes de adaptación al cambio climático son mucho menores que los costes derivados de los daños que se producen sin ella en la mayoría de las costas desarrolladas, incluso teniendo sólo en cuenta las pérdidas de vidas humanas y de propiedades [6.6.2, 6.6.3]. Como generalmente los impactos ocasionados después de un fenómeno meteorológico en las empresas, la población, las viviendas, las instituciones sociales públicas y privadas, los recursos naturales y del medioambiente, no se reconocen al contabilizar los costes de los desastres, es prácticamente cierto que las ventajas de la adaptación son mayores [6.5.2, 6.6.2]. Si no se actúa en este sentido, es tan probable como improbable que los escenarios con un mayor nivel del mar unido a otro cambio climático (por ejemplo, el aumento de la intensidad de las tormentas) provoquen que para 2100 no se pueda vivir en los territorios insulares bajos y otras áreas bajas (por ejemplo, deltas y megadeltas) [6.6.3]. Una adaptación eficaz al cambio climático se puede integrar con una gestión más abarcadora de las costas, lo que reduciría costes y traería consigo otras ventajas [6.6.1.3].

El aumento inevitable del nivel del mar, aún a largo plazo, entra en conflicto frecuentemente con las pautas y tendencias actuales de desarrollo del ser humano (confianza alta).

El aumento del nivel del mar tiene inercia y continuará después de 2100 por muchos siglos [GT1 CIE Capítulo 10]. La ruptura de los mantos de hielo de la Antártida occidental y/o Groenlandia provocaría el aumento de esta subida a largo plazo. En Groenlandia, el umbral de temperatura para la ruptura se estima en aproximadamente de 1,1 a 3,8ºC por encima de la media de la temperatura mundial actual. Es probable que esto ocurra antes de 2100 en el escenario A1B [GT1 CIE Capítulo 10]. Esta situación pone en duda, por una parte, la viabilidad a largo plazo de muchos asentamientos costeros y la infraestructura (por ejemplo, las plantas de energía nuclear) en todo el mundo; y, por otra parte, la tendencia actual al aumento en el uso de las zonas costeras, además de la migración hacia las costas, lo que supone un desafío para la planificación espacial de las costas a largo plazo. Es probable que la estabilización del clima reduzca los riesgos de la ruptura del manto de hielo; y reduzca, pero no detenga, el aumento del nivel del mar a raíz de la dilatación térmica [R6.6]. Sin embargo, después de la Tercera Evaluación del IPCC se ha convertido en prácticamente cierto que la respuesta más adecuada al aumento del nivel del mar en las zonas costeras es una combinación de la adaptación para manejar el aumento inevitable, y la mitigación para limitar el aumento a largo plazo a un nivel gestionable [6.6.5, 6.7].

Industria, asentamientos humanos y sociedad

Prácticamente todas las personas del mundo viven en asentamientos humanos y muchos dependen de la industria, los servicios y las infraestructuras para trabajar, poseer un cierto bienestar, y desplazarse. Para estas personas, el cambio climático constituye un nuevo desafío a la hora de asegurar un desarrollo sostenible en las sociedades de todo el mundo. Los efectos asociados a este desafío se determinarán principalmente mediante las tendencias de los sistemas humanos en los próximos decenios a medida que las condiciones climáticas se intensifiquen o disminuyan el estrés asociado a sistemas no climáticos [7.1.1, 7.4, 7.6, 7.7].

Las incertidumbres inherentes al pronóstico del curso del cambio tecnológico e institucional, y las tendencias en el desarrollo socio económico durante un período de varios decenios, limitan la capacidad de pronosticar un porvenir para las industrias, los asentamientos humanos y las sociedades, que implique cambios climáticos importantes a partir de pronósticos que implican un cambio climático relativamente pequeño. Por ende, en muchos casos, las investigaciones realizadas hasta la actualidad se centran en la vulnerabilidad a los impactos en vez de en las proyecciones de los impactos del cambio, al explicar mejor lo que podría pasar y no lo que se prevé que ocurra [7.4].

Las vulnerabilidades claves de la industria, los asentamientos humanos y la sociedad se relacionan a menudo con (i) fenómenos climáticos que superan los umbrales de adaptación, relacionados con la tasa y magnitud del cambio climático, en especial fenómenos meteorológicos extremos y/o cambio climático abrupto; y (ii) acceso limitado a los recursos (financieros, humanos, institucionales) para hacer frente a los problemas, al depender estos recursos del contexto de desarrollo (véase Tabla RT.1) [7.4.1, 7.4.3, 7.6, 7.7].

Tabla RT.1. Ejemplos seleccionados de impactos actuales y proyectados del cambio climático en la industria, los asentamientos humanos y las sociedades y su interacción con otros procesos [para el texto completo véase 7.4.3, T7.4]. El sombreado anaranjado indica “muy importante en algunas zonas y/o sectores”; el amarillo indica “importante”; el marrón claro indica que la importancia no está muy definida.

Fenómenos motivados por el clima Pruebas de impacto/vulnerabilidad actual Otros procesos/factores de estrés Impacto/vulnerabilidad futuros proyectados Zonas, grupos afectados 
a) Cambios en los extremos 
Ciclones tropicales, oleaje de tormentas Pérdidas de vidas humanas y daños como consecuencias de inundaciones y vientos; pérdidas económicas; transporte, turismo; infraestructuras (por ejemplo, energía, transporte); seguros [7.4.2, 7.4.3, R7.2, 7.5]  Uso de los terrenos/densidad de la población en zonas propensas a inundaciones; defensa contra las inundaciones; capacidades institucionales Aumento de la vulnerabilidad en zonas costeras propensas a tormentas; posibles efectos en asentamientos humanos, salud, turismo, sistemas económicos y de transporte, edificios e infraestructura. Zonas costeras, asentamientos humanos y actividades; regiones y poblaciones con capacidades y recursos escasos; infraestructuras fijas; sector de los seguros  
Precipitaciones extremas e inundaciones ribereñas  Erosión/deslizamiento de tierras; inundaciones de terrenos; asentamientos humanos; sistemas de transporte; infraestructuras [7.4.2, capítulos regionales] Similares a las tormentas costeras más infraestructuras de drenaje Similares a las tormentas costeras más infraestructuras de drenaje Similares a las tormentas costeras 
Olas de frío o de calor Efectos sobre la salud humana; estabilidad social; necesidades de energía, agua u otros servicios (por ejemplo, almacenamiento de agua o alimentos); infraestructuras (por ejemplo, transporte de energía) [7.2, R7.1, 7.4.2.2, 7.4.2.3Control de diseño de edificios y de temperatura interna; contextos sociales; capacidades institucionales  Aumento de las vulnerabilidades en algunas regiones y poblaciones; efectos sobre la salud; cambios en las necesidades de energía Zonas de latitudes medias; ancianos, poblaciones de individuos muy jóvenes y/o pobres. 
Sequía Disponibilidad de agua; medios de subsistencia, generación de energía, migración, transporte por agua [7.4.2.2, 7.4.2.3, 7.4.2.5Sistemas hídricos; usos competentes del agua; demanda de energía; restricciones en la demanda de agua Desafíos en los recursos hídricos de las zonas afectadas; cambios en la ubicación de las poblaciones y actividades económicas; inversiones adicionales en el abastecimiento de agua. Regiones áridas y semiáridas; zonas y poblaciones pobres; zonas con escasez de agua provocada por los seres humanos 
b) Cambios en las medianas 
Temperatura Demanda y costes de energía; calidad del aire urbano; deshielo del permafrost; turismo y recreación; consumo minorista; medios de subsistencia; pérdida del agua derretida [7.4.2.1, 7.4.2.2, 7.4.2.4, 7.4.2.5Cambios demográficos y económicos; cambios en el uso de los terrenos; innovaciones tecnológicas; contaminación del aire; capacidades institucionales. Cambios en la demanda de energía; empeoramiento de la calidad del aire; impactos en los asentamientos humanos o medios de subsistencia que dependen del agua derretida; riesgos para los asentamientos humanos/infraestructuras a raíz del deshielo del permafrost en algunas regiones.  Vulnerabilidades muy diversas pero mayores en lugares y poblaciones con capacidades y recursos de adaptación limitados. 
Precipitaciones Medios de subsistencia agrícolas; intrusión salina; infraestructuras hídricas; turismo; suministros de energía [7.4.2.1, 7.4.2.2, 7.4.2.3]  Competencias de otras regiones/sectores; ubicación de recursos hídricos Dependiendo de la región, aumento de las vulnerabilidades en algunas zonas por los efectos de la precipitación (por ejemplo, inundaciones, aunque pueden ser positivos), y disminución en otras zonas (véase lo mencionado para la sequía) Regiones y poblaciones pobres 
Aumento del nivel del mar Usos de los terrenos costeros; riesgos de inundaciones; anegaciones; i§fraestructuras hídricas [7.4.2.3, 7.4.2.4Tendencias del desarrollo costero, asentamientos costeros y usos de los terrenos Aumento de las vulnerabilidades a largo plazo en zonas costeras bajas Igual a lo arriba mencionado 

Los hallazgos acerca del contexto para evaluar las vulnerabilidades son los siguientes.

Las vulnerabilidades al cambio climático de la industria, los asentamientos humanos y la sociedad se deben fundamentalmente a fenómenos meteorológicos extremos en vez de a cambios climáticos graduales, a pesar de que los cambios graduales se pueden asociar a umbrales por encima de los cuales los impactos se convierten en importantes (confianza alta).

La importancia del cambio climático gradual, por ejemplo, de los aumentos de la temperatura media, radica principalmente en la variabilidad y volatilidad, incluidos los cambios en la intensidad y en la frecuencia de fenómenos extremos [7.2, 7.4].

Sin tener en cuenta los principales fenómenos extremos, el cambio climático rara vez suele ser el factor fundamental al considerar los factores de estrés del desarrollo sostenible (confianza muy alta).

La importancia del cambio climático (positiva o negativa) radica en su interacción con otras fuentes de cambio y factores de estrés, y sus efectos se deben considerar teniendo en cuenta tal contexto de causas múltiples [7.1.3, 7.2, 7.4].

La vulnerabilidad al cambio climático depende considerablemente de contextos geográficos y sectoriales relativamente específicos (confianza muy alta).

La vulnerabilidad no se estima fidedignamente mediante modelos y estimaciones a gran escala (añadidos) [7.2, 7.4].

Los efectos del cambio climático se propagan desde zonas y sectores afectados directamente hacia otras zonas y sectores mediante vínculos extensos y complejos (confianza muy alta).

En muchos casos, el total de los efectos no se calcula con exactitud si solamente se consideran los efectos directos [7.4].

Salud

En la actualidad el cambio climático contribuye al lastre mundial de enfermedades y muertes prematuras (confianza muy alta).

Los seres humanos se exponen al cambio climático mediante el cambio de las pautas meteorológicas (por ejemplo, fenómenos extremos más intensos y frecuentes) e indirectamente mediante cambios en el agua, aire, calidad y cantidad de alimentos, ecosistemas, agricultura y economía. En esta etapa primaria los efectos son pequeños, pero se proyecta un aumento progresivo en todos los países y regiones [8.4.1].

Las tendencias proyectadas en las exposiciones relacionadas con el cambio climático de importancia para la salud humana tendrán consecuencias de peso (confianza alta).

Es probable que las exposiciones relacionadas con el cambio climático proyectado afecten la salud de millones de personas, especialmente la de personas con poca capacidad de adaptación, mediante:

  • Un aumento de la desnutrición y sus consiguientes trastornos, con implicaciones para el desarrollo y crecimiento de los niños;
  • Un aumento de muertes, enfermedades y lesiones a raíz de las olas de calor, las inundaciones, las tormentas, los incendios y las sequías;
  • Un aumento de enfermedades diarreicas;
  • Efectos mezclados en el ámbito (aumentos y disminuciones) y potencial de transmisión del paludismo en África;
  • Un aumento de la frecuencia de enfermedades cardiorrespiratorias ocasionadas por mayores concentraciones de ozono a nivel del suelo debidas al cambio climático;
  • La modificación de la distribución espacial de algunos vectores transmisores de enfermedades infecciosas.

Esto se ilustra en el gráfico RT.9 [8.2.1, 8.4.1].

Gráfico RT.9

Gráfico RT.9. Dirección y magnitud del cambio de los efectos en la salud seleccionados provocados por el cambio climático

Es necesario mejorar la capacidad de adaptación en todas partes (confianza alta).

Los efectos de los últimos huracanes y las olas de calor muestran que incluso los países con altos ingresos no están bien preparados para solucionar los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos [8.2.1, 8.2.2].

Los efectos adversos en la salud humana serán mayores en países con bajos ingresos (confianza alta).

Los estudios llevados a cabo en zonas templadas (principalmente en países industrializados) muestran que se espera que el cambio climático traiga consigo algunas ventajas, como la reducción de muertes por exposición al frío. En general, se prevé que los efectos negativos en la salud provocados por el aumento de la temperatura a nivel mundial, principalmente en los países en desarrollo, superen a las ventajas. El equilibrio entre efectos positivos y negativos en la salud variará de un lugar a otro y se modificarán en el tiempo a medida que continúe el aumento de las temperaturas. Aquellos en riesgo mayor son, en todos los países, la población pobre que vive en zonas urbanas, los ancianos y los niños, las sociedades tradicionales, los agricultores de subsistencia y las poblaciones costeras [8.1.1, 8.4.2, 8.6.1, 8.7].

Es necesario revisar, reorientar y, en algunas regiones, divulgar los recientes programas y medidas nacionales e internacionales cuyo objetivo es reducir la carga que representan los determinantes climáticos en la salud y sus consecuencias, para hacer frente a los estreses adicionales del cambio climático (confianza media).

Esto incluye considerar los riesgos relacionados con el cambio climático en sistemas de supervisión y seguimiento de enfermedades, planificación de sistemas de salud y preparación. La mayoría de los problemas de salud se deben a cambios en el medioambiente. Las medidas aplicadas en los sectores de la agricultura, agua, alimentación y construcción se pueden rediseñar para beneficiar a la salud [8.6, 8.7].

El desarrollo económico es un componente importante de la adaptación, pero por sí sólo no evitará que la población mundial sufra enfermedades y lesiones a raíz del cambio climático (confianza muy alta).

De importancia crítica es la manera en que se desarrollará el crecimiento económico, la distribución de los beneficios del crecimiento y los factores que conforman directamente la salud de las poblaciones, como la educación, asistencia sanitaria e infraestructura de salud pública [8.3.2].

  1. ^  Se define como la capacidad de un sistema social o ecológico de absorber una alteración sin modificar su estructura básica o sus modos de funcionamiento, ni la capacidad de autoorganización, ni la capacidad de adaptación natural al estrés y al cambio.